domingo, 29 de julio de 2012

Del amor y sus bondades


De estos vomitivos amoríos,
Nada bueno podrías rescatar.
Convierte tu cráneo en embase podrido,
De una turbada mente de hediente pensar.
El sentimiento se pega elástico a tus huesos,
Preparando internamente los órganos que se desatan.
Reventados por consecutivos putrefactos besos,
Cambiando tu libertad por una inagotable resaca.
Las temblorosas y sudadas manos que te acarician,
Adormecen tus sentidos en un letárgico terror.
Sabiéndote ya presa de este nefasto amor.

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