domingo, 29 de julio de 2012

Invierno interno

Nieva en sus ojos.
sus parpados cobran peso,
y sus pestañas se doblaron cual sauce austral.
Su anudada garganta se congela,
al inhalar el espeso aire helado.
Siente entonces liquidas sus retinas,
y roda, ya congelada, una lagrima en su mejilla.
Que ahoga un lamento prófugo de su boca,
quebrajando los herméticos labios en su fuga
y el frio se cuela en su interior,
siente estancarse la escarlata corriente.
Intenta moverse,
pero su interior solo quiere paz.
Se resigna a caer,
no quiere continuar.
Abandona la lucha.
Sus fuerzas se marchitan,
incrementan sus pesares.
Se duplican sus heridas,
trata de cerrar sus ojos.
más la nieve lo reprime,
condenado a ver su final.

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