lunes, 20 de agosto de 2012

HP LOVECRAFT


De pronto desperté, el letargo y la fatiga no me abandonaban en lo absoluto. Sentía una extraña resaca colmando mi hastiada y desorientada visión del entorno en que estaba, intente levantarme y no tuve fuerzas para hacerlo, sentía una sequedad absoluta, desde mis entrañas sentía la necesidad de un trago. Creo haber dormido por más tiempo después de esa breve y nublada visión, no sabia aun en que lugar me encontraba.
Volví a abrir los ojos como si se tratara de un pestañeo pero el tronar de mi cabeza me hizo consiente de que tiempo había pasado desde que intentara incorporarme, cada pulsación irradiaba un profundo y agudo dolor que envolvía mi cráneo, aun no era capaz de recordar, y la oscuridad me hacían mas difícil saber en que lugar me encontraba.
Gire en rededor para ponerme de pie, quise bajar mis pies del catre frio en el que me encontraba, pero estaba en deslavado piso, con mi mano izquierda toque un viscoso fluido que estaba entorno a mi, entonces me llene de espanto y desesperación aun sin poder ver mi rostro sentí como se contraía en una mueca de tétrica desolación, intente tocar con mi mano derecha la sustancia que se adhirió como una putrefacta baba  a mi mano, hice el ademan de unirlas como si de un saludo se tratara pero cuando debían encontrase solo abanique con mi mano izquierda por sobre mi pecho. Mi cuerpo como movido por un resorte se incorporo y una ola inmensa de dolor sacudió desde mi frente hasta mis pies, el gemido que dibujaba mi boca no se hizo sonoro por la sequedad de mi garganta. No sabia cuanto tiempo llevaba en ese lugar, ni como llegue a perder un brazo.
Me levante a duras penas y camine hacia un hilo de luz que se colaba a una gran distancia, con mi mano izquierda sujete la herida en mi hombro y prácticamente me arrastre hacia él. Abrí de par en par un pesado cortinaje que delato un brillante y enceguecedor día que incremento mi dolor, gire y mire los charcos de sangre que me seguían desde mi habitación, donde había dibujado en el piso un pórtico hacia el dios sin rostro, caí desmayado enseguida.
Cuando reaccione estaba sedado y  traía limpios vendajes en distintas partes del cuerpo, estaba en la vieja y mohosa casa victoriana al cuidado de mi adorable señora Clark, recordé de forma vaga al faraón negro devorando mi brazo como salvaguarda para cruzar el portal hacia mi hogar.
Mi tía al verme abrir los ojos solo lloro y volteo, nadie entendía que siguiera vivo.  Pronto retome mi labor y encontré la llave que me permite viajar por el reino de Nyarlathotep con total seguridad. Desde entonces puedo vigilar el escenario del mundo desde una butaca mas elevada y se me permite observar incluso actos del mismo infierno.

Tumor...

1 comentario:

iGhor alarcón dijo...

Ya quiero poder ilustrar tus textos. Así no más te lo digo